La memoria es caprichosa. Es imprecisa, hace las cosas a su manera. Tiene la mala costumbre de conservar a fuego recuerdos amargos y desdibujar, rehacer o incluso inventar algunos recuerdos buenos. Sin embargo, existe una opción más fiable, perfecta y eterna a la que confiar nuestros recuerdos: los diamantes. De hecho, son la creación más perfecta de la naturaleza. Y en este país nadie sabe más de diamantes que Suarez, la versión patria de los Cartier, De Beers o Tiffany&Co.
Creamos un nuevo concepto de comunicación para la marca, La memoria no es tan perfecta, y lo plasmamos en nuestra primera campaña, ‘Blurry’. El fotógrafo catalán Dani Riera fue el encargado de plasmar en una serie fotográfica la nueva propuesta estética para la marca: un juego de desenfoques en blanco y negro que recrea y evoca la forma nebulosa en que vivencias y recuerdos se fragmentan en nuestra memoria.
Un lenguaje visual cercano a lo artístico con el que apostamos por una renovación de sus códigos de comunicación y con la que Suarez aspira a llegar a un perfil de comprador más amplio de su producto estrella.
Un territorio, el de los recuerdos, emocionante y creativamente fértil. Un territorio que habla, como suele ocurrir con los conceptos grandes, de cosas mucho más interesantes que cualquier marca que se pueda poner detrás.
Un concepto que emociona y nos recuerda que las joyas capturan momentos para hacerlos eternos.
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