Si no vende, no vale. En eso estamos todos de acuerdo. Pero en la agencia nos parece que, además de vender, las cosas deben ser bonitas.
Cuando empezamos a trabajar para Simyo había un territorio totalmente consolidado alrededor de su principal ventaja: ser el operador con el que la gente podía ahorrar haciendo su propia tarifa, la que le diera la gana. Pero la competencia también juega. Y, a medida que aparecían más y más operadores por la parte baja del low cost, era necesario demostrar otro tipo de atributos más cualitativos.
Sin abandonar los formatos breves y el código en blanco y negro heredados, propusimos reforzar la percepción de operador de calidad y dar un paso más en el apartado de dirección de arte y diseño gráfico para contar nuestro mensaje. Porque la estética también vende.
Y tú, ¿qué quieres?