Seamos sinceros: algún día nos vamos a morir. Todos. Tampoco es que sea ningún spoiler. ¿Por qué, entonces, esa incapacidad de la publicidad de seguros para hablar de la muerte con la misma naturalidad con la que trata el resto de cosas? Es algo que no se entiende muy bien. Y aún menos cuando te llamas santalucía y gran parte de tu negocio histórico se ha construido precisamente desde el ramo de decesos, en el que son líderes absolutos. Se nos ocurrió que podríamos cuestionar ese tabú. Lo hicimos y no pasó nada (bueno, sí, que subieron la notoriedad y la percepción de liderazgo de la marca).
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